13 noviembre 2012

Mis tacones



Odiaba el ruido de mis tacones.
Siempre que volvíamos de fiesta me hacía quitármelos en el felpudo de la entrada sin esperar siquiera a cruzar la puerta de casa.
Y entonces me los ponía simplemente para hacerle rabiar. Preparaba la cena enfundada en mis preciosos Louboutin y taconeaba con descaro al son de los fogones. Yo le escuchaba bufar desde el comedor, aireaba el periódico con violencia mientras yo, desde la cocina, ocultaba mi sonrisa traviesa y fingía que no me daba cuenta. Incluso parecía, tras alargar el camino de la nevera hasta la mesa, que al servirle el postre todo le sabía más amargo. Clavaba su mirada en el filo del tacón mientras yo balanceaba la pierna con picardía, restregándole por los morros aquellos diez centímetros de pura maldad. Masticaba sin degustar y daba la sensación de ir a estallar cuando al descruzar las piernas pensaba que me iba a levantar de nuevo.

Odiaba el ruido de mis tacones. 
Pero más odiaba yo que me hiciera entrar descalza a casa.


5 comentarios:

  1. Mira que odio los tacones, pero yo haría lo mismo sólo por fastidiar. Puede que sea un texto pequeño, pero ¿sabes qué? Es tan fresco, natural y travieso que he disfrutado leyéndolo (reconozco, que hasta he soltado una pequeña risotada sólo de imaginármelo). Y la fotografía que lo acompaña es total (*.* ¡la sudadera!).

    Me alegro de haber aterrizado por fin en tu nuevo blog :)

    ¡Besos!

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  2. Una vez mas tus textos me enamoran. Son increíbles, no dejes de escribir.

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  3. ¡ Hola !
    Yo tambien me quito los tacones al llegar a casa de fiesta! jajaja, yo creo que a los hombres les da rabia que los llevemos cuando somos mas altos que ellos! jajaja
    he dado "click" pero no tengo facebook, pero tengo twitter, y creo que ya te he visto alguna vez por twitter.
    ¡ Un saludo !

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  4. Amor-odio entre tus personajes.
    Me ha gustado la picardía de la protagonista, ¡yo haría lo mismo!
    Bonita foto jijijiji
    ¡Un besazo artista!

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  5. La de anécdotas que pueden guardar unos simples tacones. Yo, sinceramente, odio los tacones, y encima no sé ir con ellos...
    Aunque haría eso con tal de fastidiar, odio que me den órdenes.
    Me ha encantado la entrada :))

    -E.

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